lunes, 23 de junio de 2008

Seamos Nosotros Mismos

¿Se les ha ocurrido alguna vez a ustedes que Dios les dio una individualidad? Sin embargo El ciertamente lo hizo. Él les dio vuestra propia personalidad, un tesoro para ser mantenido en su propio ser. Les dio una vida que conducir que ustedes y sólo ustedes deben conducir; les dio trabajo que hacer que ustedes y sólo ustedes pueden hacer; los puso en este mundo, un ser Divino, un hijo de El mismo para aprender cómo llegar a ser perfectos, obtener todo el conocimiento posible, crecer amables y gentiles, y ser una ayuda para los otros.
¿Y se les ha ocurrido alguna vez a ustedes cómo les habla Dios y les cuenta de vuestra propia individualidad y de vuestro propio trabajo, de cómo guiar su barco verdaderamente por su propio curso? Él les habla a ustedes a través de sus deseos verdaderos que son los instintos de vuestra alma. ¿De qué más Él podría hablarles?
Si nosotros sólo escuchamos y obedecemos a nuestros propios deseos, no influenciados por ninguna otra personalidad, siempre seremos bien guiados; siempre seremos guiados no sólo por el camino que nos lleva a nuestro propio avance y perfección, sino también para hacer nuestras vidas útiles y serviciales al máximo para los demás. El ser influenciados por los deseos de los demás nos aleja de nuestro propio trabajo y nos hace perder tiempo. Cristo nunca habría llevado a cabo Su Misión si hubiera escuchado la persuasión de Sus padres, y nosotros habríamos perdido un ejercito de ayudantes del mundo tales como Florence Nightingale y una gran cantidad de otros, si ellos hubieran cedido a los deseos de los otros y no hubiesen permanecido fieles a los deseos de su propio corazón
Que mejor propósito en la llegada del Año Nuevo podemos hacernos que el escuchar a nuestros propios deseos que son los mensajeros de nuestras Almas y tener el valor de obedecerlos.

Texto del libro "Escritos Reunidos de Edward Bach" capitulo III.

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